El etiquetado de los árboles con chips de identificación por radiofrecuencia (RFID), no sólo ayuda a las empresas madereras a no perder de vista el origen y el destino de la madera en el transporte, sino que además garantiza un mayor control sobre las operaciones de tala ilegal. Pero los chips RFID, a menos que sean retirados de cada árbol individualmente antes del tratamiento industrial, pueden adicionar impurezas a la alta calidad de los productos de la pulpa de la madera en la línea de producción. Por esta circunstancia, un equipo de ingenieros del Instituto Fraunhofer han desarrollado una solución simple al problema: las etiquetas RFID de madera.
Queda claro que una identificación mediante RFID requiere de una antena de metal para recibir y transmitir pequeñas cantidades de datos, pero esa cantidad de metal es tan insignificante, que no daña ni afecta a la calidad de la madera, que se ve prácticamente libre de impurezas durante su tratamiento industrial. El resto del chip se compone de madera y lignina, un compuesto derivado de las paredes celulares de las células vegetales.
Los propios chips no pueden contener una gran cantidad de información, pero para los propósitos que la industria maderera necesita es la solución perfecta, ya que estos chips tan sólo albergaran una numeración de identificación para ser escaneado por los lectores de RFID en los aserraderos y los centros de envío. El resto de la información relativa a la madera, como el origen, fecha en que se registra, fecha que fue enviado, por dónde va, etcétera, se almacena en el sistema informático de la compañía maderera.
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